Balance entre belleza y la función- Baraka

    La industrialización se ha visto como un fenómeno de progreso y avance en la historia, pero en el presente se puede observar que el efecto que ha tenido es uno de olvidar lo que es la belleza y apreciación que trabaja en conjunto con la función de un objeto. Se enfoca en solo la función y simplicidad del objeto. En la obra Baraka se aprecia al principio lo que son espacios que representan antigüedad y cultura. Templos, calles que no están hechas de pavimento, una apreciación de la vida increíble cuando el ser humano se encarga de cuidar su entorno y no aprovecharse de él. Baraka entonces nos enfrenta con la realidad de cómo el ser humano sacrificó esa belleza y balance de los pueblos antiguos, para sustituirlo por ciudades industrializadas, donde la belleza es un lujo y solo los más poderosos pueden disfrutar de ella.

En las ciudades se olvida la apreciación de la vida y cultura, toda individualidad se deja para poder enfocarse únicamente en el desarrollo de la economía. Paisajes amplios llenos de vegetación, templos y cultura se borran para hacer espacio para edificios imponentes, pero que carecen de la belleza y estética con la cual se diseñaban las edificaciones antiguas. Estas ciudades con poblaciones altamente densas entonces tienen un aire frío e impersonal, con un estilo de vida enfocado en el aprovechamiento y abuso del entorno y del ser humano que lo habita. Incluso el ser humano y la vida en general se vuelve un objeto que solo se le busca la funcionalidad, y esto es lo más inquietante de todo.  

Es difícil tener que enfrentarse a esta realidad cruda y que se presenta en el documental, pero incluso hacia el final se presenta la posibilidad de cambio. El mundo sigue corriendo y cada día es un nuevo comienzo, la muerte de un ser humano ocurre al igual que el nacimiento de otro. Una nueva oportunidad para entonces volver a apreciar la belleza de la vida y con eso, volver a apreciar el entorno que nos rodea. Trabajar para el desarrollo y el cultivo de todas estas áreas, nuevas oportunidades para volver a traer ese aspecto de la belleza en conjunto a la funcionalidad de algo para fomentar la apreciación del arte que nos rodea.

La búsqueda de transformación para añadirle valor a los productos a sido la idea central de la industrialización, y eso en si no es nada de malo. Es algo que asegura la expansión de la civilización para futuras generaciones, pero tampoco se puede sacrificar la belleza y la apreciación del entorno en el que uno vive como parte del proceso. La individualidad de las personas y su calidad de vida no deben ser el costo que hay que pagar para poder entonces tener progreso. Es importante que se busque ese balance entre belleza y funcionalidad en nuestro alrededor, para entonces traducir ese balance en la vida personal de los seres que habitan el espacio. Cada día se debe de aprovechar para entonces fomentar ese balance en las vidas de los demás.

 


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