El Gesto Arquitectónico

 

El gesto arquitectónico es una cuestión de ver cómo el arquitecto es la única persona que conecta la realidad de cada individuo con su entorno. Los arquitectos pueden dejar su trabajo en solo diseñar un espacio que funcione para que el cliente lo pueda habitar, pero eso sería olvidar todo un mundo de posibilidades. Esto es por lo que el trabajo del arquitecto va más allá de simplemente cumplir con reglamentos establecidos para la función de un área, sino que busca representar y responder a la misma identidad del cliente. Busca conectar esa realidad de la persona al espacio que habita. Simbolizando la verdad a la cual el individuo responde para crear un espacio que es hasta cierto nivel, una experiencia espiritual para el cliente y su propia realidad.

Es la funcionalidad vs. la expresividad. Estos dos polos que normalmente no se juntan, pero que el arquitecto busca unir a través del simbolismo y la intención a la hora de diseñar un espacio. El mundo abstracto de la realidad de cada persona y lo que el individuo percibe como la realidad va a ser una variable que cambia constantemente. Cuando el arquitecto va a diseñar ese espacio, busca el punto de encuentro de ese mundo abstracto con el mundo físico en que existimos. Se busca concretizar la historia de esa persona, sus creencias y su experiencia en un espacio que puede llamar suyo.

Al igual que se considera el mundo abstracto, también se tiene que atar toda esa ideología a la función del espacio. No se diseña por diseñar, sino que se diseña con el propósito de que la persona disfrute de la función del espacio, mientras que también aprecia el simbolismo que viene atado con él. Este simbolismo tampoco tiene que ser complicado, solo tiene que responder honestamente a la necesidad de la persona en ese momento. Solo se necesita simbolizar la honesta realidad del individuo, porque cuando se responde a eso, se satisface la funcionalidad del espacio.

El arquitecto se encarga de hacer el gesto de satisfacer dos extremos que se encuentran constantemente polarizados. Forma el lazo entre la función de un espacio y la expresión que deja, simbolizando la realidad particular de su cliente. Esto es un trabajo que no se puede sustituir y ayuda a que una persona no solo tenga un espacio para habitarlo, sino que tiene un espacio que puede llamar suyo y que simboliza quién es. Es algo que promueve la cultura e historia que se vive en el mundo y que trasciende generaciones, enseñándole a futuras generaciones sobre ideologías y estilos de vida pasados.

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