Reflexión Grupal #3- Sistemas Proporcionales

 Autores: 

Gabriel A. Fontánez Rivera 

Rubí Soto Ortiz 

Andrea S. Gómez Díaz 

Alexamarie Rodriguez Monge 


 La simetría ha sido un elemento fascinante a lo largo de la historia, no solo en la naturaleza, sino también en la creación humana. Conocida como el "lenguaje de la naturaleza", su influencia es visible en múltiples aspectos de nuestro alrededor. Desde las flores que atraen a las abejas por su perfección geométrica hasta los diamantes, cuya resistencia se encuentra en su estructura simétrica, la simetría ofrece estabilidad y belleza. No es casual que los seres humanos también estemos naturalmente inclinados hacia lo simétrico, tanto en la selección de pareja como en lo que consideramos estéticamente agradable. La simetría no solo es atractiva, sino que también es funcional, uniendo la estética y la eficiencia en diversos sistemas, incluyendo el de los virus que, gracias a su simetría, se replican con mayor facilidad.

Sin embargo, según Joaquim Español, la simetría no es tan simple como se ha creído. Español critica la visión tradicional, basada en la correspondencia exacta de las partes del cuerpo humano, y propone la definición renacentista de Alberti, que destaca la relación jerárquica y el equilibrio entre las partes. La simetría bilateral, a lo largo de un eje, ha sido predominante en la arquitectura por su flexibilidad, mientras que la simetría central, más rígida, también ha sido utilizada en proyectos icónicos como la Villa Rotonda de Palladio. Durante el modernismo, aunque algunos arquitectos rechazaron la simetría por considerarla obsoleta, figuras como Mies, Le Corbusier y Wright la utilizaron para organizar la geometría de sus proyectos.
El concepto de proporción áurea, estudiado por matemáticos como Euclides y Fibonacci, es otro aspecto fascinante de la relación entre las matemáticas y la belleza. Representada por el número phi (Φ), el cual equivale a 1,618... La proporción áurea aparece en la naturaleza, en el arte y en la arquitectura. Sin embargo, como señala el astrofísico Mario Livio, su existencia no debe ser mitificada. Más allá de ser un "número de Dios", la proporción áurea responde a la necesidad estructural en sistemas naturales, como la distribución de las hojas en las plantas para optimizar su crecimiento. Este patrón no es una coincidencia, sino el resultado de la selección natural, que ha favorecido la disposición eficiente para maximizar la supervivencia.
En la arquitectura, la simetría y la proporción áurea también juegan un papel fundamental. El uso de la geometría euclidiana permitió a los arquitectos de la antigüedad diseñar con una precisión que no existía anteriormente. El libro "Los elementos" de Euclides, escrito alrededor del 300 a.C., fue esencial para proporcionar las herramientas matemáticas que permitieron calcular proporciones y volúmenes exactos. Este conocimiento no solo facilitó la construcción de monumentos como las pirámides, sino que sigue siendo relevante hoy en día en la enseñanza de las matemáticas y el diseño arquitectónico.
Podemos utilizar como ejemplo a la arquitectura griega. La arquitectura de los templos griegos evolucionó con el tiempo, transformándose de construcciones en madera a estructuras de piedra más complejas e impresionantes, influenciadas por el contacto con Egipto. Esta evolución coincidió con el crecimiento económico y la competencia entre las ciudades-estado griegas y sus colonias en Sicilia y el sur de Italia, lo que impulsó la construcción de templos más elaborados. Cada parte del templo, como las columnas, el friso y la cornisa, tenía tanto un propósito práctico como simbólico, representando aspectos religiosos y culturales. Los templos no solo eran lugares sagrados, sino también símbolos del poder y la identidad de las ciudades. Elementos como las columnas estriadas o los escalones elevados hacían que los templos parecieran emerger naturalmente del suelo, dando una sensación de grandeza y conexión divina. Así, los templos griegos se convirtieron en una muestra del avance técnico y estético de la época, reflejando la importancia de la arquitectura en la cultura griega.
Al profundizar en el análisis de la simetría y la proporción, surge una dualidad interesante: la proporción como una comparación cuantitativa y la proporción como una apreciación estética.  El primer tipo de proporción es percibido como las partes de un proyecto teniendo relación uno al otro o hasta pueden aparecer como copias idénticas de dichas estructuras, en otras palabras. El otro tipo de perspectiva se asocia con los simétricos, el cual logra enfatizar la satisfacción visual que un objeto simétrico le trae al ojo plano. Ambos sistemas proporcionales se revelan midiéndose con instrumentos de medida, aunque el segundo término consiste más con la observación donde es universalmente distinguible por todos los seres humanos como estéticamente correcta o defectuosa. Aunque ambos aspectos son diferentes, se complementan en el diseño arquitectónico. Un edificio bien proporcionado no solo es funcional y estructuralmente sólido, sino que también es visualmente agradable, cumpliendo con los estándares estéticos universales que los seres humanos tienden a valorar.
Tanto la simetría como la proporción, en sus propias formas, son elementos esenciales en la creación de estructuras que no sólo satisfacen una necesidad funcional, sino que también provocan una impresión en los seres humanos. La interacción entre estos dos aspectos, la lógica y la belleza, no es una historia inventada, sino una combinación de principios fundamentales que guían tanto a la naturaleza como a la humanidad. Esto demuestra la profunda conexión entre las matemáticas y el arte, y como ambos continúan siendo herramientas esenciales en el desarrollo de la civilización.

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